VICENTE GONZÁLEZ A JUAN MANUEL DE ROSAS. El paisanaje se rebela contra los comerciantes especuladores.

VICENTE GONZÁLEZ A JUAN MANUEL DE ROSAS
El paisanaje se rebela contra los comerciantes especuladores. Monte Julio 7 y 14 de 1840.

Incluimos en este lote dos cartas manuscritas, ambas referidas al mismo episodio, y redactadas por dos de sus protagonistas. La primera —en orden cronológico—, le fue escrita al Comandante del Regimiento N. 3, Vicente González, autor de la segunda dirigida a Juan Manuel de Rosas.

Antonio Joaquín Olivera, uno de los comerciantes afincados en San Miguel del Monte, le envía una nota de dos páginas a González, la autoridad federal local, lamentando lo sucedido, el aumento de precios ocasionado por la suba espontánea de la onza de oro… Identificándose como federal, explica que no se encontraba en su comercio cuando sucedió el incremento de precios y lamenta el consiguiente “atropello” a su comercio.

En la extensa correspondencia —5 páginas manuscrita—, enviada por González a su “apreciado amigo”, Juan Manuel de Rosas se comprende la dimensión de los hechos y el motivo de las angustias que guían al comerciante mencionado: el relato alude a un incremento de precios exacerbado que tomó por sorpresa a todo el mundo, pero que prontamente fue subsanado apelando a una “media bullita popular del paisanaje”, la que se comprende al leer la misiva, poco tuvo de espontánea.

Bien lo cuenta Gonzalez: “una Pueblada pronta en la que fue encabezada por el Capitán Suárez, por Morales, por Domingues, por D. Feliciano Parra, por el mayor graduado Michilena, y algunos otros paisanos de confianza, y como a la media noche se fueron con palos, espadas y cosas que metían ruido, a las puertas de cinco de estos individuos que eran los principales les rompieron los vidrios de las ventanas, en algunos saltaron los pasadores ó alcayatas, en alguna parte hasta la puerta le echaron abajo, metiendo un ruido formidable, que toda la Población estaba con cuidado, qué será, gritandoles de tiranos, protectores de los Unitarios y enemigos del Gobierno”.

Vicente González concluye su nota que, de no hacerlo entrar en razón y de persistir en esta conducta, “se les considerará como tenaces y perros unitarios revoltosos, enemigos del Gobierno y de la Federación, y en ese caso el puñal y la lanza allanarán todas las dificultades.”

Nota: disponemos de la transcripción completa de ambas cartas.