Ricardo Pascale nació en Uruguay en 1942 pero bien podía haberlo hecho en Florencia en 1500. Fue un renacentista y decimos que anda suelto, porque aun su inquietud permanente nos sigue desafiando, con su obra artística tanto como con su pensamiento.
Cuando murió, estaba colgada en el Museo Nacional de Artes Visuales la exposición “Leibniz salta a la cuerda”, una suerte de homenaje al filósofo y matemático a través de la curva “cateriana”. Una muestra conceptual vanguardista con cuerdas colgadas, sujetas en dos puntas para formar esa célebre curva que Leibniz calculó y demostró su diferencia con la parábola. Cuando la recorrimos juntos, pocos días antes de su final, le decía “Tano…. sólo vos le sacas este jugo a la curva cateriana…”
Al mismo tiempo, el país entero, en todos sus espectros políticos, debatía sobre su libro “El Uruguay que nos debemos”, un alegato vibrante sobre la necesidad de que la innovación le permita al Uruguay superar la llamada “trampa del ingreso medio”, o sea esa situación en que un país ha avanzado de modo importante, pero para sostener esa situación necesita mejorar la calidad y valor de su producción.
Catedrático de Finanzas, Profesor Emérito de la Universidad de la República, brilló en el campo académico tanto como en el público. Sus dos presidencias del Banco Central fueron históricas, especialmente la primera, cuando, retornado el país a la democracia, logramos evitar una crisis bancaria que habría sido fatal. Sólo su inteligencia y natural habilidad para la negociación, permitieron sortear esa instancia decisiva.
Su primera exposición artística, con sus maderas ensambladas, la presentó cuando recién había entrado a la primera presidencia del Banco Central. Sonaba a extravagancia. Había que explicar que no era un pasatiempo de domingo. Su obra posterior lo confirmó, con obras esparcidas por el mundo entero.
En lo personal, una individualidad sin par. Atractivo en la conversación, encantador, amable, siempre afirmativo, vivía la vida como una creación constante. Así se fue, en la plenitud de su actividad polifacética. A sus amigos, nos ha dejado un legado entrañable de amistad. Al país, una obra artística relevante y un ejemplo superior de conducción de las instituciones públicas.
Dr. Julio María Sanguinetti
Montevideo, 5 de marzo de 2025