Un doble significado ha tenido para mí la visita a la Colección China Zorrilla, gratamente exhibida en Zorrilla Subastas y que mucha curiosidad provoca al recrear la intimidad de la figura inolvidable que durante décadas —sin perder nunca la pisada y sin dejar, al mismo tiempo, de ser fiel a sí misma— emocionó con su arte y su palabra a nuestros países, en la cultura de la que ella fue consecuencia y también causa, pero también más allá de nuestras fronteras rioplatenses. Por Amalia Amoedo.
