Fue China quien me aseguró que yo tenía que dedicarme a la comedia, y viniendo de ella, que para la comedia tenía un timming de nacimiento, de esos que no se aprenden, fue un momento importantísimo para mí, que entonces tenía veintipocos años. Con China aprendí que la comedia es un solfeo, donde el remate es un trabajo de precisión que surge naturalmente, y que nada de eso se aprende en una academia. Por Susana Giménez.
